divendres, 29 de maig del 2015

IMPATIENS EN LA CONSULTA DE LOGOPEDIA

REFLEXIONES EN FLORES DE BACH. IMPATIENS, EL IMPACIENTE

De flores de Bach parece que ya se ha dicho todo pero cada dos años, cuando voy al congreso que organiza SEDIBAC y escucho las propuestas y las profundizaciones desde los más diferentes ámbitos, pienso que  cada persona que llega a la consulta puede aportarme un matiz nuevo y rompo mis esquemas para poder abrirme sin prejuicios a la escucha.
Quiero hablar hoy de IMPATIENS en la consulta de logopedia. Bach dijo sobre esta flor:
"Para los que son rápidos de acción y de pensamiento y quieren que todo se haga sin vacilación y sin demora. Cuando enferman esperan con ansiedad una pronta recuperación. Les resulta muy difícil tener paciencia con la gente lenta, ya que la lentitud les parece un error y una pérdida de tiempo. Hacen toda clase de esfuerzos para lograr que los lentos actúen con mayor rapidez. Frecuentemente prefieren trabajar y pensar solos para poder hacer todo a su propio ritmo".

Cualquier niño/a con dificultades escolares puede ser impaciente y viceversa. Se aburre en clase, se desconecta, hace ruiditos, se columpia en la silla, y se convierte en la cruz del maestro. Es un niño/a que se irrita con facilidad porque en la rigidez del  sistema escolar un niño/a que necesita más dinamismo y no aguanta sentado/a tanto rato acaba llenándose de ansiedad, se acalora y para poder drenar finalmente se acelera y explota. Es un niño/a VIENTO (hasta lo notas cuando pasa por tu lado, porque siempre corre).
Cuando llega a la consulta, si se sienta, lo hace en la punta de la silla, para poder balancearla. En general no aguanta mucho sentado y va haciendo recorridos por el espacio. En la primera visita, cuando viene con los padres, éstos le llaman la atención contínuamente lo que provoca más aceleración. Puede ser impertinente en sus respuestas y es ágil y ocurrente.
Los padres desean que el niño/a se tranquilice, ya que su actitud le provoca conflictos en el entorno escolar y ésto revierte en el expediente académico, haya dificultades de aprendizaje o no. Los pequeños impatiens siempre me sorprenden porque las dificultades que presentan y por las cuales acuden a la consulta suelen ser generadas por su actitud y no por su aptitud. Ellos rechazan los límites, quieren ser libres. Yo hago una reflexión: necesitamos un cambio de paradigma en la enseñanza y un entorno familiar que favorezca el desarrollo de la individualidad. Un entorno demasiado rígido provoca un desequilibrio en el impatiens que necesita el movimiento para estar en equilibrio. Cuando impatiens consigue el equilibrio dinámico puede llegar a quedarse quieto y disfrutar de la quietud (no mucho rato por eso). Educar en la diversidad significa poder crear un entorno de aprendizaje donde todos tienen cabida, donde se aceptan las diferencias y donde se canalizan las energías para construir un proyecto en común. Dejemos de encorsetar a los niños y marquemos límites coherentes. Los impatiens nos lo agradecerán (y su entorno también).


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